Wada, Liria y sus pájaros pasearon por las Nubes en Abaiz
Iciar Irutia Orzaiz
Fue un viernes de agosto, en una tarde soleada y en plena naturaleza. En una pequeña llanura, a los pies del Caserío de Abaiz, en la merindad de Sangüesa, entre encinas, pinos, coscojos y robles. Allí, en ese singular enclave, Wada y Liria iniciaron su viaje. El que les llevó, una vez más, a llenar su cabeza de pájaros. Ante cerca de un centenar de personas, el 16 de agosto, en el programa cultural Con los pies en las nubes , impulsado por la Fundación Baluarte y el Gobierno de Navarra , en colaboración con las Asociaciones de Artes Escénicas de Navarra y las entidades en las que se desarrollan las actividades.

Con la cabeza llena de pájaros , una obra escrita y dirigida por Maite Redin y protagonizada por Ainhoa Ruiz e Ibán Alguea fue la encargada de llevar la magia y el teatro al Señorío de Abaiz , en Lerga, el viernes 16 de agosto. Y aunque la cita era a las siete y media de la tarde, treinta minutos antes de que comenzara la función la mayoría de los asientos habilitados en la «sala» ya estaban ocupados. Y más de una decena de personas recorría a pie el camino que lleva de Lerga hasta el despoblado.
Mientras, en una de las estancias de la antigua iglesia del Señorío, Wada -Ainhoa Ruiz. y Liria -Iban Alguea- repasaban texto, ponían a punto su vestuario y terminaban de dar color a su rostro. El público les esperaba impaciente, doscientos metros más abajo, tras una escalinata y un camino sembrado de piedras y maleza. Por eso, después de que Maitena Muruzábal -coordinadora de Programas Culturales de Fundación Baluarte- saludara al público, Wada y Liria emprendieron su viaje hacia el escenario. Y contaron una historia de aventuras, viajes, magia, emoción e intriga. Una narración que no pretende ocultar la pobreza, el hambre y la desigualdad entre los países y sí mostrar la necesidad de vivir en un mundo inclusivo que no diferencia por géneros, color de piel, religión y que aspira a lograr un mundo más justo y sostenible.

Y el público disfrutó mucho. Con la historia y con la magia. Con la luz del atardecer, el sonido de la naturaleza y el singular entorno. A pesar de las dificultades técnicas que obligaron al elenco a actuar de viva voz e impidieron enriquecer el montaje con sus efectos y su banda sonora. Fue un viernes especial. El público arrancó la tarde con los pies en las nubes y, al anochecer, se le llenó la cabeza de pájaros.
Las impresiones de Wada y Liria

« Me ha parecido un lugar precioso, con un paisaje espectacular, Me ha encantado conocerlo de la mano de sus vecinos y vecinas, que se nota que le tienen un cariño especial y que están trabajando por hacerlo accesible y visitable. Y ha sido muy emocionante ver llegar a la gente caminando para ver la función. Y, sobre todo, su agradecimiento y el cariño que nos han dado». AINHOA RUIZ. (Wada).
« Ha sido una experiencia muy «guay». La obra se ha representado en un espacio súper bonito -con unos paisajes preciosos- y muy indicado para estos dos personajes y este montaje. Además, el feedback con el público ha sido súper positivo, a pesar de los problemas técnicos que hemos tenido, ha estado encantado. Nos han tratado de maravilla; un amor de gente. He disfrutado muchísimo». IBAN ALGUEA (Liria).


