Jota, layas, vino y gastronomía
Iciar Irurtia Orzaiz
En apenas cinco días, bailaron la Jota de Puente y caminaron sobre layas, Elaboraron pastas mantecadas y tortas de txantxigorri, conocieron las tradiciones puentesinas y aprendieron a encorchar una botella de vino. Pintaron vieiras, entrevistaron a vecinos y vecinas, descubrieron antiguos aperos de labranza y jugaron al Twister. Los catorce niños y niñas que participaron, la semana del 12 al 16 de agosto, en los talleres Kul sobre Patrimonio Inmaterial de Puente la Reina/Gares aprendieron sobre la cultura y las tradiciones puentesinas de la mano de vecinos y vecinas de la localidad.
El lunes, la mañana estuvo dedicada a la gastronomía y de la mano de la cocinea puentesina Epi Jimeno aprendieron a elaborar torta de txantxigorri y pastas mantecadas. La Sociedad Gomacin, en la calle Mayor, cedió sus instalaciones y los y las catorce participantes dedicaron buena parte de la jornada a amasar y dar forma a los dulces.

El 13 de agosto, martes, la jornada estuvo dedicada al folklore. Así, el grupo de gaiteros Garesko Zubiondo Gaiteroak fue el encargado de poner la banda sonora a la mañana del martes, en la que el puentesino César Ollo, del grupo de danzas Zubía, les enseñó a bailar la Jota de Puente, en el exterior de la Casa del Vínculo. Después, en la Plaza Mena, emularon a los antiguos labradores y, también de la mano de Ollo, probaron su habilidad sobre las layas.


El miércoles, la jornada estuvo dedicada a la tradición y, por eso, los niños y niñas participantes en el taller Kul se acercaron hasta la vivienda de Josefi Ureta Bon, en el número 84 de la calle Mayor. Una vivienda de tres plantas y bodega que tiene acceso por la calle Mayor y la calle Don Rodrigo. Allí, la puentesina les mostró algunas de las estancias más singulares de su casa, como la bodega, el pozo o una de las alcobas. Y también pudieron contemplar antiguos aperos de labranza, pesos, braseros y hasta una colección de rosarios.

La jornada se completó con la visita a la bodega de los Amigos de La Centinela de Artazu, donde un grupo de aficionados a la enología elaboran su propio vino. Allí, dos de ellos les contaron a los y las participantes en el taller cómo cuidan las viñas- centenarias, de la variedad garnacha y ubicadas en la localidad de Artazu- les enseñaron a encorchar y etiquetar. La visita se completó con el visionado de un video sobre una jornada de vendimia y la “cata” de uno de sus caldos: una copa de vino “sin alcohol”.

PREGUNTAS SOBRE LA LOCALIDAD
El viernes , los y las participantes se convirtieron en entrevistadores y dedicaron parte de la mañana a interrogar a la población sobre la localidad. Quisieron saber cómo se llama la pieza musical que acompaña el Saludo de Banderas, cuántas fuentes hay en Puente la Reina/Gares, cómo se llama la alcaldesa de Puente la Reina o cuántas iglesias hay en la localidad. La semana se cerró con un taller de pintura de vieiras bajo el puente románico de la localidad.


